Diario Clarín 30/10/04 (Argentina)
MUSICA: EXCLUSIVO: COMO
ES "LIVE LICKS", EL NUEVO DISCO DE LOS ROLLING STONES
Sean eternos los
laureles
El martes se
edita mundialmente "Live Licks", el enérgico octavo
álbum en vivo de Jagger y Richards.
Pablo
Schanton.
No
parar, canta Jagger y las pes de "Stop"
salen de sus labiazos como corchos de botella en
Start me up. El pedido de ser puesto en marcha ("start
me up") indica el impulso detrás de tanta gira, tantos
años. Estamos ante el doble cd Live Licks (sale
el martes), octavo disco en vivo de los Stones que
testimonia el Licks 2002/03 World Tour.
Son canciones del pasado, sí. Pero en cada "pasada" de
esos hits y esos hitos se percibe cierto clima de "pasadez",
de cosa que se va de mambo. Especialmente, en el primer
disco que incluye clásicos de clásicos (Brown sugar,
Street Fighting man, Paint it, black,
You can' t always get what you want, Start me up,
It's only rock n' roll, Angie, Honky
Tonk Women, Happy, Gimme shelter,
Satisfaction). Puede ser que la primera impresión
sea de trámite (otra vez tocar el mismo tema; uno se
imagina a Richards preguntando en el camarín: "¿Esta qué
ciudad era, Mick?"). Pero la ejecución es de tal soltura
que podría sonar a imprecisión y a inminencia de
desorquestación. Contagian fragor. A la edad que tienen
parecen aceptar eso de ser víctimas de la intensidad que
alguna vez expusieron, entonces el desafío de recuperar
aquella energía es lo que finalmente mantiene tan vivas
a esas canciones. Lo de Start me up.
A las versiones. El crescendo concéntrico del riff de
Paint it, black bordea la euforia étnica de un
Zorba el griego; la primera estrofa de You can't
... a voz y guitarra con el público coreando el
estribillo le quita esa solemnidad tediosa de gospel del
original. ¡Y Angie! Acá está un poco más
acelerada y falta el sentimiento afectado del original.
En Honky... aparece Sheryl Crow vocalizando en
plan negra soulera, pero como siempre deja la sensación
de algo espurio. Gimme shelter tiene otra
resonancia tras el 11/9 y Richards "solea" como
espolvoreando un reguero de pólvora sobre la canción,
mientras la banda se pone caldosa en la jam.
El CD 2 trae canciones que nunca habían grabado en vivo.
En Neighbours (de Tattoo you, 81), Jagger
entra en trance para tararse en la palabra Yourself
(iosé, dice), mientras que Monkey Man
(de Let it bleed, 1969: ¿se acuerdan de ese
comienzo trip hop?) haría enrojecer a los Stone Roses.
Rocks off (de Exile on main street, 1972)
trae un interludio psicodélico (un filtro deforma la voz
al hablar de "hipnosis"). Can't you hear me knocking
(de Sticky Fingers, 1971) desemboca en un solo de
armónica de Jagger en medio de un fondo latino alla
Santana. Un cowboy en Cuba. A That's how strong my
love is la hizo famosa Otis Redding y Jagger hace lo
que puede para expandir sus emociones vocales (de eso
trata la canción: de demostrar el amor que se tiene).
The nearness of you (balada del 37) es un punto
alto: lo canta Richards con la voz más hepática que le
sale. Beast of burden y When the whip comes
down (1978): ahora la banda se ajusta más; en la
primera hay relax de swing y en la segunda, hay un solo
de piano pero no importa. El Rock me baby (de BB
King) es un blues donde Wood y Richards se sacan chispas
mientras el órgano cacarea. You don't have to mean it,
del 97, suena a un reggae caribeño, muy Mimi Maura, de
coros desafinados. Aburrida. En Worried about you
(1981), brillan el falsetto guasón de Jagger y qué solo
de guitarra. Cierra el extenso blues pop de Everybody
needs somebody to love (7 minutos) donde uno de sus
autores, Solomon Burke, participa. Jagger canta mientras
los saxos le contestan como patos. Solomon expectora la
frase I need you y eriza la piel. La canción
resucita tras la coda, como un bis de sí misma. Como los
Rolling Stones. |